¿Alguna vez escuchaste hablar de “adaptación y mitigación”? Estos son dos conceptos que se utilizan mucho cuando hablamos de cambio climático y que suelen confundirse. Por eso hoy te quiero contar qué implica cada uno.
En primer lugar, la adaptación al cambio climático consiste en llevar adelante políticas, medidas y acciones que tiendan a minimizar los impactos del cambio climático. Es una estrategia de gestión que apunta a dar respuesta y atender en forma directa los impactos locales sobre los sectores más vulnerables de nuestra sociedad y sobre los sistemas productivos.
En este sentido, las medidas de adaptación apuntan a trabajar sobre las consecuencias del cambio climático, reduciendo la vulnerabilidad de cada sector, y por consiguiente reduciendo el riesgo.